Durante el escrutinio de las elecciones presidenciales de 1950 en Colombia, de las cuales se abstuvo de participar el partido Liberal, se comprobó que miles de votantes habían borrado de las boletas el nombre de Laureano Gómez y puesto el de Adolfo Pedernera.
Era la época en que al equipo de Millonarios lo llamaron "el ballet azul"; muchos aficionados estaban deslumbrados por la excelencia de su juego y el destinatario de su máxima idolatría era Pedernera.
La devoción por el futbolista argentino alcanzó tal magnitud que el gobierno colombiano dispuso colocar en todos los edificios públicos un cartel con el siguiente aviso: "Se prohíbe terminantemente en las horas de trabajo hablar de fútbol y de Pedernera".
Cuando en 1995 (ya pasado casi medio siglo de esta época) falleció, el gobierno colombiano decretó duelo nacional.
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