La plaqueta viajera

En noviembre de 1997 River Plate viajó a Río de Janeiro para enfrentar a Vasco da Gama por la Supercopa sudamericana con el antecedente de que en ninguno de los doce partidos anteriores disputados en Brasil había conseguido un triunfo. Al margen de esto, en aquella ocasión llevaron una plaqueta para entregarle a Didí, ex entrenador del club, pero no les fue posible efectuar el homenaje dado que se había ido a vivir a Canadá unos años antes. Sin embargo, cabe comentar que dado que el partido terminó con una victoria de River por 2-0, a partir de ese momento la plaqueta se transformó en compañía obligada de todos los viajes del equipo, y no precisamente porque andaban tras el paradero de Didí. Esto fue así hasta que el conjunto, en una de sus expediciones internacionales, fue derrotado y la plaqueta quedó arrumbada en un cajón. Esta nunca llegó a manos de su destinatario quién falleció en junio de 2003.