A finales de los años 80 una persona (argentina ella) se instaló provisoriamente a vivir en Estados Unidos. Al volver, un amigo hincha del mismo equipo le preguntó cómo había hecho para aguantar tanto tiempo sin saber sobre el club de sus amores. Este, sonriendo y con cara sorprendida, le respondió: "El New York Times y el Washington Post publican sobre [dicho club] lo mismo que Clarín y La Nación juntos: nada".