Cuando el futbolista hondureño César "el nene" Obando jugaba en Victoria de La Ceiba en una oportunidad no había comido en la concentración durante todo un día de partido porque se sentía mal del estómago. A la noche, al terminar el primer tiempo del encuentro, en cambio de pedir agua para refrescarse, le comentó a su entrenador (Julio González) que tenía mucha hambre, quien después de sonreírse lo mandó a comprar una porción de pollo, la cual devoró y volvió al campo con la panza llena para anotar un gol.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario