Oreste Omar Corbatta, uno de los mejores futbolistas argentinos, máximo ídolo histórico de Racing Club Avellaneda e integrante de una de las grandes delanteras nacionales junto con Humberto Maschio, Antonio Angelillo, Enrique Omar Sívori y Osvaldo Cruz durante el Sudamericano (actual Copa América) de Perú 1957, fue uno de esos verdaderos locos que da el fútbol.
Federico Vairo, notable zaguero de River Plate, cuenta de él: "En una ocasión, ni bien empezó el partido se me había parado al lado mío y se me quedó ahí, lo que ya me ponía nervioso. De pronto me miró y me dijo ¿Cómo anda tu madre?... ¿y de la vida de tu hermana qué es? A lo que le respondí ¡Callate y jugá!... Cuando termine el partido "nos vemos afuera" si tenés algo que decirme... Con eso se calló la boca y me dejó de embromar.
Tras finalizar el encuentro, mientras nos estábamos duchando golperon la puerta del vestuario. ¡Era él que me venía a buscar! Salí con toda precaución... y vi que quería charlar conmigo en serio, venía a invitarme al vestuario para tomar algo porque cuando intentó hacerlo inicialmente en el campo me había enojado.
5 comentarios:
Qué grande, jeje. Educación ante todo.
Existe eso en el fùtbol actual??
Lo que más me ha gustado es eso de “salí con toda precaución”. Y lo de invitarle al otro vestuario.
Sí, decididamente esto ocurrió cuando se jugaba con balones cuadrados, jaja.
Evidentemente la aguja conoce poco de futbol. Seguramente ese episodio ocurrio sobre los finales de la decada del '60, cuando uno solia ir a la cancha vestido con traje, a ver un espectaculo soberbio, y no como ahora que se va a la cancha a gritar cantos provocativos e irritantes, vestido con la indumentaria que usan los que estan sobre el cesped. Esa epoca de notables futbolistas, jugaban con la misma pelota redonda que se juega ahora, nada mas que tratandola con el respeto que ella merece. Nadie se dopaba para jugar , ni le festejaban el hacer goles con la mano. Los campeones eran autenticos idolos populares que ganaban, a valor de hoy, menos de 2.000 dolares por año, la gente llenaba las canchas domingo a domingo, batiendo contiuadamente records de venta de entradas. Entonces tratemos de no satirizar cuando hablamos del pasado , sino uqe, por el contrario, enorgullescamonos de él.
Cierto Anónimo. Sobre todo hablar del pasado cuando no se conoce. El balón nunca fue cuadrado. Saludos.
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