Durante enero de 2005, en un partido entre Peterborough North End y Royal Mail AYL válido por una de las divisiones de ascenso de Inglaterra, el árbitro Andy Wayn perdió el control ante las protestas del arquero Richard McGaffin de Peterborough tras que se convalidó un gol de Royal y, en lugar de amonestarlo, le pegó una trompada; luego decidió "expulsarse".
"Mi reacción fue antiprofesional. Si lo hubiese hecho un jugador, le habría mostrado la roja: por lo que tuve que irme", declaró el referí. Para justificar ante la Federación semejante desliz explicó que estaba pasando un mal momento personal por la muerte de su suegro y la enfermedad de su mujer.
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