Durante la presidencia en River Plate de Rafael Aragón Cabrera habían impuesto que se cerraba el vestuario para los periodistas y que a partir de ese momento tendrían que decir con cuál jugador querían hablar para que lo vayan a buscar y saliera a ser entrevistado.
La primera tarde que le tocó cubrir a Osvaldo Ardizzone un partido en el Monumental tras esta medida, la cual desconocía, fue hasta el vestuario, lo atendió el propio presidente, le comunicó la novedad, y le preguntó: "¿Con quién quiere hablar?" y Ardizzone, con toda seriedad, le contestó: "Anote... (y le nombró de memoria todos los jugadores del 1 al 11)".
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